octubre 31, 2009

Cafetin de Buenos Aires




Al terminar mi reparto de todos los días fui a un bar, me senté en una esquina, abrí un diario y pedí un café. Para mi sorpresa el mozo trajo una taza vacía. Con la taza trajo la cuenta... con la cuenta un sobre.. y con el sobre una carta. La carta estaba firmada por la taza que yo tenía en frente:



''Oh, ansiado Café:
Negro, te extraño, te necesito, te deseo y te estoy esperando. ¡Ay ay ay negro, cómo me calentás! Voy a estar preparadita para cuando vengas, estaré en la pileta, recién lavadita, quiero que te metas adentro mío antes de que me enfrié. Ay sí, negrito, sí !.. te quiero acá conmigo. Sin vos mi vida no tiene sentido, aunque seas un amargo.
Nunca dejaste de ser un estímulo para mi, y me hacés perder el sueño.

Aaaay qué saborrrrr, ohhh qué intensidad, uhmmmm, ya puedo sentir tu olor. Te estoy deseando desde que empezó el invierno. No seas tan cortado y cuando vengas de Brasil pasá a visitarme. ''




Tuya.

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