enero 21, 2010

Control remoto

Se conocen mientras ambos consultan el próximo estreno cinematográfico sobrevaluado. Hola, Hola. Soy él. Soy ella. Vamos a algún lugar. Dame tu teléfono. Cómo estás. Bailemos. Hola. Hola. Hola. Eres hermosa. Eres el único. Siénteme. Hazme el amor bajo bolas de gas a millones de años luz, bajo una roca brillante redonda o muriendo. Masturba mis sentidos. Ignora los asesinatos. Ríe conmigo y de mí. No me entiendas. Vuelve. Llévate tus cosas.Entonces él entra en ella como un molde incandescente atraviesa la cera, en primer plano las caras que se ven con profunda adoración. Labios. Piel. Manos. Sudor. oh. oh. oh. Te amo. Así. Más fuerte. Del otro lado. ¿Es aquí? No, todavía no. El sonido del tráfico y la lluvia que golpea las ventanas. El viento mueve las cortinas. La cama llora bajo todo el peso. Una tarde. Una noche. Un día. Nunca me iré. Me haces tan feliz. La ciudad es la ciudad y la mierda, la mierda. Canción de garage. El amor. Diciembre. Familias juntas/juntadas. Amor en el árbol, sillones, mesas, camas, sillones, mesas, camas, sillones…

¡CORTE! ¡SE IMPRIME!

―Excelente trabajo.

—Te veo mañana.

—Sí… Adiós.

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